Las protestas en Alemania
1. Varios países europeos son puestos en cuarentena en relación con la segunda ola de la pandemia de coronavirus. Las duras restricciones están provocando un profundo resentimiento entre la población por motivos económicos y sociales. Decenas de miles de europeos protestan en las calles de las ciudades. Alemania no ha escapado a la misma suerte. El gobierno de Alemania introdujo las medidas de cuarentena nuevas y sin precedentes en noviembre, incluso más estrictas que las vigentes en primavera. Las violaciones de las restricciones conducen a las multas y las sanciones severas comparables a las violaciones de los actos delictivos. Los críticos de las nuevas medidas afirman que son desproporcionadas e ilegales. La cuarentena invade las libertades civiles, conduce a un fin de la vida social y pública y, como resultado, al colapso económico.
2.La situación se agravó aún más con la «Ley de Protección contra Infecciones» examinado por Bundestag, que amplía los poderes de las autoridades y facilitaba que el gobierno de Angela Merkel introdujera rápidamente las medidas de aislamiento en la lucha contra la crisis de coronavirus. Los manifestantes consideran que con esa ley, Berlín ha excedido el límite de poderes permitido.
3.El martes por la mañana en la capital alemana, los descontentos violaron la prohibición de manifestaciones y comenzaron a llegar al centro de la ciudad, al edificio del parlamento. Al principio, la policía no tomó medidas para dispersar a la multitud, a pesar del aumento de los requisitos de seguridad en la zona de las instalaciones gubernamentales. Pero el número de manifestantes aumentó a 10 mil personas y la policía trasladó al centro las fuerzas adicionales, incluso, perros y cañones de agua. Al final, la situación se convirtió en disturbios e enfrentamientos con la policía. Se arrojaron botellas y piedras contra la policía. Los manifestantes más agresivos penetraron en Bundestag, la sala donde se desarrollaba el debate para detener la nueva “Ley de Protección contra Infecciones”. Después de eso, la policía apartó a la multitud de Bundestag, dispersó la manifestación, aplicando cañones de agua y arrestó a unas 200 personas. Las autoridades de Berlín declararon que los manifestantes habían ignorado las solicitudes de usar máscaras.
4. Después de la «invasión de activistas», los parlamentarios de Alemania comenzaron a hablar de un ataque contra la legislatura. Principalmente, Helge Lind, la diputada socialdemócrata, estuvo de acuerdo en que la gente “debería tener la oportunidad de protestar y criticar”, pero añadió que la tolerancia no podía llegar tan lejos y la ley de protección contra las infecciones no podía equipararse al comienzo de la dictadura nazi».
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